Nos estamos acostumbrando a oír terminos como sequía o desertificación pero muchas veces los confundimos.
Cuando hay una situación de carencia de agua inesperada y permanece sin llover más tiempo del habitual hablamos de sequía (pero si lo habitual en esa zona es que llueva poco diríamos que es una zona árida). Si a estas condiciones de sequedad le sumamos el uso deficiente del suelo, se puede desencadenar un proceso de desertificación.
Estos procesos generan condiciones de pobreza, aparición de desnutrición y enfermedades, desestabilizando las bases sociales y económicas de los países afectados.
- Las sequías son causadas, principalmente, por modificaciones periódicas del nivel de lluvia, posiblemente a causa de cambios climáticos de largo plazo.
- La desertificación es causada por la pérdida de la vegetación y la consecuente erosión del suelo debido a la combinación de sequía, exceso de pastoreo y manejo deficiente del suelo.
Actualmente las cuencas hidrográficas tienen capacidad para soportar largos periodos de sequía sin que las repercusiones sean muy graves.
El Ministerio de Medio Ambiente lleva a cabo un Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación (PAND), estiman que un 35% de la superficie española presenta riesgo significativo de desertificación.